A veces...

A veces, en silencio, recuerdo que estuve viva; rememoro esos momentos que a ratos me hicieron vivir.

A veces, cuando despierto, el mundo ve una salida; me enseña una luz al fondo por la que puedo salir.

A veces, a las noches, el pasado se me olvida; quiero vivir el momento que ahora me hace existir.

A veces, por la calle, la gente no es dura y fría; sonríen y ofrecen ayuda sin esperar recibir.

A veces, la tristeza se cambia por alegría, y vuelve aquel impulso que me hace sonreir.



Pero esos pequeños 'a veces' son momentos desperdigados, son momentos que en mi vida pocas veces ven la luz.

Porque muchas otras veces lo 'normal' vuelve a la vida, lo 'normal' vuelve con prisa y me quita la salud.

Porque...



Normalmente, en silencio, se acaba toda mi vida; lloro por cada momento que a ratos me hizo sufrir.

Normalmente, cuando despierto, la oscuridad se me avecina; apenas encuentro rendija que vaya a ayudarme a salir.

Normalmente, a las noches, el pasado me atosiga; me devuelve aquellas cenizas para hacerlas revivir.

Normalmente, por la calle, la gente juzga y castiga; les mueve el egoismo y lo que puedan conseguir.

Normalmente, la tristeza se come a la alegría, vuelve a inundar mi vida y me resigno a no existir.

AMOR

Amor. Esa palabra de tan solo cuatro letras y un significado. Esa palabra, que significa mucho más de lo que demuestra y que ofrece tanto más de lo que parece. Es esa palabra sin la cual no podríamos vivir, esa que tantas veces nos lleva a la infelicidad, esa estúpida palabra...

Paradojicamente es tan necesaria en nuestra vida que vivimos y respiramos solo por conseguirla. Pero ¿es tan solo una palabra?, ¿es tan solo un sentimiento?

Son tantas lágrimas derramadas por ese simple sentimiento que debería ser catalogado como algo más. Son tantos los quebraderos de cabeza, tantas las noches en vela, tantos los sueños soñados despierta...

Pero después de todo la vida te da sus frutos y llega el día en el que entiendes plenamente el significado de esa que era una 'estúpida palabra'. Y es entonces cuando dejas de soñar para vivir esa realidad que tanto soñaste, y entonces también te das cuenta de cuánto esconden esas cuatro letras... Empiezas a sentir en ti cada vocal y consonante y todas ellas se alían para, esta vez sí, esta vez poder ser feliz, esta vez dormir en una almohada sin lágrimas. Tienen esa magia especial que hace que el mundo desaparezca por momentos y los problemas se vayan con el. Son el bálsamo a todas las penas y la razón más amplia para hacerte sonreir.

Tanto guardan en sí esas cuatro letras que con tan solo cuatro hilos son capaces de manejar tu vida, de decidir tu destino. Son tan poderosas que no atiendes a razones y guían a tu corazón sin permiso. Pero a la vez son tan peligrosas que pueden llevarte a la locura sin que apenas puedas evitarlo...

Amor. Esa palabra que significa mucho más de lo que demuestra y que ofrece tanto más de lo que parece.

Adiós

...

Hay al fondo una mesa
Y en su esquina un papel

Un papel perfumado,
Un papel y un café

Un café derramado,
Una mancha, un pincel

A su vera hay un brazo,
Un brazo sin fe

Un brazo cansado
Que no se puede mover

Ya no hay sangre en sus venas
La ha chupado el mantel

Un mantel rojo y fino
Ve la sangre en cordel

Un río gotea hasta el suelo,
Crea un mar al correr

A su lado el culpable,
Una pistola, un poder

Y en la mesa una carta,
Un adiós en papel

“Sin ti ya mi vida
No tiene un por qué

Por favor no me olvides,
Yo jamás lo haré”


Un silencio. Un instante. Un corazón.
Un segundo. Un latido. Una ilusión.

...

Buscando soluciones...

¿Cómo explicar lo que dentro sentimos?

¿Cómo poder ser fiel a la razón?

Si ni siquiera conocemos nuestra meta... ¿Cómo seguir al corazón?

Son tantas preguntas las que me hago que no se ni si tienen respuesta. Una mañana despiertas alegre, sintiendo que el mundo te sonríe y que la vida tiene sentido... pero cualquier tropiezo basta para darle una vuelta de 180 grados y destruir esa sonrisa. Hasta aqui es todo normal, todo el mundo tropieza y pierde la sonrisa de vez en cuando; pero cuando tropiezas día tras día dejas de verlo como algo 'normal'.

Algo dentro de tí decide irse de vacaciones y te deja un vacío dentro que intentas llenar con cada opción que te ofrece la vida... pero aun así ese 'algo' es irremplazable.

Existe un momento en el que piensas que la vida te da la espalda y ¿qué hacer entonces?

He ahí la gran pregunta...

La gran solución a los problemas...

O quizás nosotros somos quienes queremos pensar que encontrando la respuesta encontraremos la solución. Quizás sea uno mismo quién le de la espalda a la vida, quién deje de luchar por lo que quiere.

Quizás, y solo quizás, la solución sea simplemente el querer encontrarla.